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Un recorrido turísfilosóficohistórico por la película “Cinco de Mayo: La Batalla”

Autora: Investigación, dirección, producción y edición de Sonia Uberetagoyena Loredo

Poliecosocial.com, presenta con ciertas modificaciones, Un recorrido turísfilosóficohistórico por la película “Cinco de Mayo: La Batalla”, publicado en la Revista “TURISMO Y CIENCIA”. Semanario. 9 de julio de 2013, de la misma autora.

La película “Cinco de Mayo: La Batalla”, filmada en escenarios exteriores de Puebla y Veracruz y producida por directivos del Grupo Televisa, sólo esboza el prólogo de la segunda intervención francesa en la historia de México, contra las tropas del Emperador Napoleón III, al plantear únicamente, el desarrollo de la batalla del 5 de mayo de 1862, frente a algunas potencias militares de la época, como Francia, Inglaterra y España.

El origen de dicha batalla, tiene sus antecedentes en la demanda del general conservador Félix Zuloaga, de derogar la Constitución de 1857, pues lesionaba los privilegios del clero, dando lugar a la Guerra de Reforma en México[1], que propició que el gobierno mexicano enfrentara dificultades financieras, por lo que la necesidad obligó a decretar, el 17 de julio de 1861, la suspensión de pagos de todas las deudas públicas, a lo largo de dos años.

La reacción, no se hizo esperar, ya que Francia, Inglaterra y España, se aliaron, mediante la Convención de Londres, en octubre de 1861, bajo el compromiso de enviar contingentes militares a México, pues el país les adeudaba 80 millones de pesos, siendo el mayor acreedor, Inglaterra, a quien se le adeudaba alrededor de 69 millones, otros 9 millones a los españoles y 2 millones a los franceses.

A dicha medida, adoptada por el gobierno del presidente Benito Juárez, para nivelar el presupuesto público, se sumaron los intereses de los conservadores mexicanos de recuperar el poder, quienes solicitaron la ayuda de potencias coloniales europeas, para restablecer un gobierno monárquico en México, que desembocó en la firma del Convenio de Londres, en 1861, entre España, Inglaterra y Francia, en una Alianza Militar Tripartita, en el que acordaron invadir a México y que Juárez tuvo que enfrentar, con un requerimiento afable, sin éxito.

Juárez, sabía que la guerra era inminente y que tenía que proteger la Ciudad de México, por lo que envió instrumentos, utensilios y armas, municiones, máquinas, etc., para fortificar la ciudad de Puebla, con el Ejército de Oriente, al mando del General Ignacio Zaragoza.

La formalización y ejecución del Convenio de Londres, el 31 de octubre de 1861, tenía como propósito común, el cobro de los créditos concedidos a México, por dichas naciones, pero las pretensiones eran mayores.

España ya no tenía colonias, su comercio había decaído y deseaba recuperar parte de sus antiguos dominios; Inglaterra había extendido su imperio colonial por Asia y África y aspiraba extender sus dominios hacia América; Francia quería contener el avance de Estados Unidos, mientras intentaba abrir nuevos mercados y establecer colonias mineras. Los conservadores en México vieron en estas dificultades, del gobierno de Benito Juárez, la oportunidad para realizar sus objetivos, ya que desde la consumación de la independencia, buscaban establecer una monarquía en México.[2]

Las graves finanzas del gobierno mexicano, hacen suponer que la expedición a las principales fortalezas militares de las costas mexicanas, por Inglaterra, Francia y España, tenía por finalidad el captar los recursos económicos de las aduanas y cobrar la deuda de los tres países.

La escuadra española llegó a Veracruz el 8 de diciembre de 1861; los ingleses el 6 de enero de 1862 y los franceses anclaron al día siguiente. El gobierno mexicano designó al General Manuel Doblado, para dialogar con la Alianza Tripartita, que había aceptado el llamado al diálogo de Benito Juárez. Manuel Doblado, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano, consiguió que Juan Prim, representante español, y Lord John Russell por Inglaterra se retiraran, mediante los acuerdos, designados como los Tratados Preliminares de la Soledad.[3]

Los Tratados de la Soledad, pactados el 19 de febrero, en la Soledad -Orizaba-, evitaban un enfrentamiento y que las potencias aliadas se abstuviesen de entorpecer cualquier conflicto interno de los mexicanos y se circunscribieran a negociar sus exigencias.

Los acuerdos previos de la Soledad, fueron confirmados por el presidente Juárez y los representantes ingleses y Españoles, pero el 5 de marzo arribó a Veracruz el arrogante General Carlos Fernando de Latrille, Conde de Lorencez, quien pensó que la debilidad de México, por los años de guerra de independencia y los constantes enfrentamientos del primer imperio y la reforma, hacían de él, un país sin coraje para defenderse, cuando fueran atacados por el ejército francés, uno de los más poderosos del mundo.

La soberbia de la razón, da origen a ese mito, en el Conde de Lorencez. Éste desquiciado e inepto con malicia[4], se encuentra perfectamente personificado en el filme. Se trata de un ser que pudo haber infundido más temor a los defensores del territorio mexicano, si éstos no hubiesen reconocido sus limitaciones. La ridiculización del derrotado Conde de Lorencez por los patriotas, lo obligó a replegarse sobre Orizaba y no logró nunca tomar las colinas que defendían la ciudad, debido a su artillería inadecuada, sus estrategias deficientes y la superioridad de la habilidad del Gral. Ignacio Zaragoza, lo que de ninguna manera, es una representación exagerada de la película “Cinco de Mayo: La Batalla”.

Ya Platón dividía a los arrogantes en fuertes y débiles; el arrogante, fuerte y poderoso, es odioso; el débil, simplemente ridículo, por lo que reír ante la soberbia es generar deleite y al mismo tiempo maldad, ante una desgracia. Lo ridículo es consecuencia de la negación del precepto “conócete a ti mismo”, es decir, de la carencia de autoconocimiento.[5] Al que no sabe más, no se le puede exigir otra cosa que no sea una retirada honrosa, dada su incapacidad manifiesta.[6]

En su arribo a Amozoc, el 4 de mayo, Lorencez recibió información y asesoría, sobre el plan de defensa del General Zaragoza, indicándole que el ataque se efectuaría a través de la zona de la Huerta del Carmen, área del perímetro de la ciudad, fuera del alcance de las fortificaciones de Loreto y Guadalupe, por el general Juan Nepomuceno Almonte. Ni la traición a México, por un mexicano, favoreció a los franceses, pues a decir de Víctor Hugo, los traidores son personas que siempre desempeñan un papel secundario.[7]

Es quizá, la influencia tóxica, del hijo de José María Teclo Morelos y Pavón, Juan Nepomuceno Almonte, quien lo acompañó en varios combates durante la guerra de independencia (sitio de Cuautla); lo que forjó su carácter como traidor imperialista anti-juarista, a decir del investigador histórico Miguel Ángel Serna Ortega, pues a su retorno a México, después de la consumación de la independencia nacional, en septiembre de 1821, ingresó al ejército como ayudante oficial del General Antonio López de Santa Anna, con el que participó en la batalla del Álamo (Texas), para separarse de México.

Juan Nepomuceno Almonte, junto con Miguel Miramón[8], Tomás Mejía, José María Gutiérrez de Estrada y otros miembros del Partido Conservador, fueron partidarios de Maximiliano de Habsburgo, quien a su desembarco en Veracruz y posterior arribo a la ciudad de México, lo estableció en el Castillo de Chapultepec, durante tres años.

Fue el hijo de Morelos, Juan Nepomuceno Almonte, el comisionado para recibir, en el puerto de Veracruz, a Maximiliano y Carlota, para ser coronados emperadores en 1864 y establecer el II imperio en México, bajo una monarquía moderada, hereditaria, en la que seguramente Almonte no estuvo considerado.

El propio Maximiliano, fue víctima de Carlos Luis Napoleón Bonaparte [Bonaparte III] y de las circunstancias. Maximiliano recibió por parte de los conservadores, la oferta del gobierno mexicano, para renunciar a la corona de Austria y firmar los tratados de Miramar[9], con Napoleón III, en los cuales, éste se comprometía a mantener las tropas francesas en territorio mexicano durante 6 años.

Maximiliano fue víctima de Carlos Luis Napoleón, cuando decide retirar las tropas dos años antes de lo pactado, dada la amenaza de Prusia de atacar a los franceses y fue víctima, también, de las circunstancias, cuando con la terminación de la guerra de secesión de los estadounidenses, motivaron a éstos, a protestar contra la estancia del ejército francés en México.

Acusar de traidor a alguien que no pertenece o no se identifica con el grupo del cual es miembro, o está en desacuerdo con los dirigentes del grupo, podría resultar exagerado, pero cuando Juan Nepomuceno Almonte, manifiesta una carencia de lealtad histórica con el pueblo del México Independiente y una renuncia a su compromiso natural de pertenencia, ¿quizá merezca el calificativo de traidor?, porque el amor a la patria se cultiva y fortalece desde la familia misma y se lleva permanentemente en el corazón.

La patria sufre y decrece cuando la honestidad es sustituida por la ambición desmedida y la mezquindad, oscureciendo la auténtica vocación de un pueblo que ama la paz y respeta a los demás [10]. ¡Todos sabían, incluido Juan Nepomuceno Almonte, que el objetivo de Napoleón III, era establecer un protectorado que explotara las riquezas mexicanas, y al mismo, tiempo detuviera la expansión de los Estados Unidos!

Ya el filósofo Séneca, señalaba que “ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya”. Y es este sentido de pertenencia, que comienza a generarse desde la edad más temprana en el ser humano, a partir de su ser relacional y familiar, que posibilita que las personas convivan en un entorno familiar, primero, y en una comunidad, por haber adquirido la capacidad individual de socialización y, por tanto, de poseer una identidad.

No por ser el hijo de Morelos es un traidor, porque todo ser humano tiene derecho a disentir, incluso hacia las ideas de su padre, pero es posible distinguir, en Juan Nepomuceno Almonte, la presencia de un conflicto entre individuo y familia, en el que éste considera que su felicidad o realización personal, sólo era posible alcanzarla, traspasando las barreras que impone la familia[11], dado que la máxima prueba de lealtad, a las causas históricas perseguidas por Almonte, debían haberse sustentado en el asesinato de su progenitor, aunque sólo llevase el apellido de su madre, llamada Brígida Almonte,… si hubiese valorado con amor, las razones de su fusilamiento, por los realistas.

Es quizá la ambición desmedida y la mezquindad, lo que hizo de Juan Nepomuceno Almonte, un hombre huidizo, tanto en su sentido de pertenencia, como de sus convicciones en el sentido más pleno, lo que lo impulsó, después de la Batalla de Puebla, a huir por el puerto de Veracruz, hacia Europa, y a establecerse en París Francia, lugar donde murió, solo y olvidado, el 22 de marzo de 1869.

Si este hombre -Juan Nepomuceno Almonte- viviera,… habría reparado, con enorme desanimo, que sus causas fueron perdidas, que de nada sirvieron sus afanes conservadores, porque miembros de su partido fueron aprehendidos, enjuiciados y fusilados por los republicanos, como traidores. Así murieron los Generales Miguel Miramón y Tomás Mejía.

Si este hombre aún existiera, habría advertido, con enorme desaliento, que sus causas fueron perdidas, que de nada sirvieron sus afanes conservadores, pues el imperio de Maximiliano duró poco tiempo.

Si este hombre subsistiera, habría podido percibir que la consistencia patriótica y filial, de la que careció, fue suplida por el propio Presidente del Consejo de Ministros de España, el General Prim, quien al conocer las verdaderas intenciones de Francia en la expedición -conquista de México- no dudó en retirar el apoyo español, disolviendo junto con Gran Bretaña, la alianza y retirándose en abril de 1862.

Si este hombre aún se encontrara en este mundo, habría podido experimentar, que su carencia de lealtad histórica con el pueblo del México Independiente y su renuncia a su compromiso natural de pertenencia, fue reemplazada por el propio Prim, quien al ser esposo de Francisca Agüero Echeverría, mexicana y sobrina de un ministro juarista, facilitó los Convenios de La Soledad, evidenciando que los franceses dejaban atrás, el reclamo de la deuda, disponiéndose a una segunda conquista de México.

Si Juan Nepomuceno Almonte aún se hallase en esta vida, se habría podido percatar que no es viable evadir la necesaria y obligada posibilidad de juzgar el significado de la existencia y de lo que significa ser… un ser humano, para lo cual es imprescindible, aun admitiendo que no existe una naturaleza humana fija,… que… no es posible transitar por la existencia con carencia de lealtad histórica para con su pueblo y, menos aún… renunciando a su sentido y compromiso natural de pertenencia…

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[1] Denominada también, como la Guerra de los Tres Años (17 de diciembre de 1857 – el 1 de enero de 1861): conflicto civil armado entre liberales y conservadores.

[2] Equipo Editorial Explorando México. La Batalla de Puebla, Festividad Histórica del 5 de Mayo. 27/04/2017, de Equipo Editorial Explorando México Sitio web: https://goo.gl/NmZmqJ

[3] Manuel Doblado Partida (12 de junio de 1818-19 de junio de 1865): militar, abogado y político mexicano. Diputado ante el Congreso Querétaro en 1847. Ministro de Relaciones, en las pláticas que sostuvo con el general Prim (Presidente del Consejo de Ministros de España), dando por resultado que las fuerzas inglesas no invadieran el territorio mexicano, en la presidencia de Benito Juárez.

[4] Lorencez, despreciando a su enemigo, mandó un mensaje demasiado arrogante a Napoleón III, en el cual expresaba: “Somos tan superiores a los mexicanos, en organización, en disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades, que desde este momento, al mando de nuestros 6,000 valientes soldados, ya soy el amo de México”. Charles Ferdinand Latrille. Wikipedia. La Enciclopedia libre.

[5] Verena Alberti y Dante Hermo. (2005). Historia, Antropología y Fuentes Orales. Más Allá Del Trabajo: La Risa. Pp. 21-25. No. 33, Vol. 5.

[6] Tomas Salinas. (15 de febrero de 2010). Platón Dixit. 27/04/2017, del Blog de Tomas Salinas. Sitio web: https://goo.gl/OPjCqT.

[7] Víctor Hugo. Victor, Marie Hugo.

[8] Presidente Interino de México, designado por el partido de Conservador bajo la ideología del “Plan de Tacubaya”, en oposición al Presidente liberal Benito Juárez, el cual había accedido al poder siendo presidente de la Suprema Corte de Justicia, a partir de la renuncia de Ignacio Comonfort. [Wikimedia Commons. Miguel Miramón. 27/04/2017, de Wikimedia Commons Sitio web: https://goo.gl/i8J0gO].

[9] México pagaría, por concepto de gastos de guerra, 70 millones y además un préstamo de más de 76 millones con un rédito anual del 3%. Los gastos del ejército también correrían por cuenta de México. Además, el Imperio debería aplicar una política liberal.

[10] Politólogo Jesús Rosales Valladares. La patria que compartimos. 14 de Septiembre de 2009. La Prensa Libre.

[11] Roberto Chacana Arancibia. (Madrid. 2006. ISBN: 978-84-669-2962-2). Emancipación de la Familia de Origen: Lealtad, Traición Y Sacrificio Filial en Franz Kafka Y Julio Cortázar. 27/04/2017, de Universidad Complutense DE Madrid. Facultad DE Psicología. Departamento de Psicología Evolutiva y dc la Educación Sitio web: https://goo.gl/T0Lh7o.

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