Autora: Investigación, dirección, producción y edición de Sonia Uberetagoyena Loredo
A los niños,… hermosos y pequeños seres humanos, que contienen la TOTALIDAD,… en su interior…
Su alma, con pocos años de vida, puede ser llenada, de todo. En su alma puede ser escrito, el amor, la sinceridad, la ternura, el amor por los demás y, si uno es, quien ha escrito en su alma, es altamente probable que nunca te olvide.
Imposible olvidar, su crianza, sus primeros pasos, sus primeros balbuceos y, después, sus primeras palabras,… los primeros diálogos, las primeras enseñanzas, sus primeros aprendizajes, sus primeros valores, creencias,… sus primeros Dioses.
No es posible precisar, cuando un niño va creciendo, cómo etiqueta y nombra a su mundo. Inicia un período en que bautiza y juzga todo,… empieza a crear su propia visión del mundo. Inicia otras etapas, en las que la historia, su historia, le dejará huellas imborrables, en su mente, en su corazón, en su espíritu, su inconsciente y su consciente.
Ahora, esos niños, aun sin un fin y un deseo propio, por lo pronto, serán quienes escriban su propia historia, ¿de qué manera? ¡Es incierto!,… ¡siempre será un misterio! Algunos buscaran la grandeza, otros buscarán lo que nunca han tenido o sienten que no han tenido o perdido, pero todos esos seres,.. serán expedicionarios incansables de sus propias vidas,…
Los mejores deseos para todos los niños, que un día serán los artífices de su propia vida, para que sean ellos, quienes con libertad y sin interferencias maliciosas, dejen sus huellas indelebles, en la mente, corazón, espíritu, inconsciente y consciente, de esos otros niños, que se encuentran, como ellos antes, al inicio de su historia,…
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