*Sonia Uberetagoyena Loredo
Las diferencias en los costos relativos entre países indican cuál será la dirección previsible del comercio internacional, lo que normalmente se conoce como patrón de comercio. David Ricardo ofreció una explicación del comercio en términos de las diferencias internacionales en la productividad del trabajo, originada en las ventajas comparativas de cada país y la especialización de la producción, a principios del siglo XIX.
En el siglo XX se dieron explicaciones alternativas, por ejemplo, los lazos entre los patrones del comercio y la interacción de la oferta relativa de los recursos nacionales como el capital, la tierra y el trabajo, por un lado, y por otro, el uso relativo de esos factores en la producción de los diferentes productos, o bien las teorías que sugieren la existencia de un importante componente circunstancial en los patrones del comercio internacional.
Las diferencias en los costos relativos se explican en función de que los países cuentan siempre con unos recursos limitados, si los factores de producción, no pueden desplazarse de un país a otro. En cualquier país del mundo, la cantidad de mano de obra, los recursos naturales y el capital disponibles están limitados en el tiempo (dotaciones de recursos productivos disponibles: por ejemplo, el número de hectáreas de terreno cultivable por habitante es mucho mayor en Argentina que en Japón; el capital que se puede invertir por persona en Alemania es mayor que el de la India).
Esta diferencia entre las dotaciones relativas de factores implica, lógicamente, una diferencia en los precios con que se remunera a cada factor. Así, si en un país, la tierra de labor es un factor de producción relativamente abundante, en relación a la mano de obra, es razonable suponer que el factor más abundante (la tierra) tienda a ser más barato que el factor relativamente escaso (el trabajo).[1]
Cada país se especializará en aquellos productos que pueda producir ventajosamente con respecto a los demás países. ¿Qué significa producir ventajosamente? Adam Smith respondió a esas preguntas afirmando que los países se especializarán en producir aquellos bienes sobre los que tengan una ventaja absoluta, es decir, que sean capaces de producir el mismo número de bienes aplicando menor cantidad de trabajo. Su discípulo, David Ricardo, dio un paso más, al demostrar que todos los países se pueden beneficiar especializándose cada uno en la producción de bienes aunque no tengan ventaja absoluta en ellos; siendo suficiente el que tengan ventaja comparativa, es decir, que sean capaces de producirlo a un precio menor.
Es obvio que en la producción de diversos bienes, la proporción en que se utilizan los factores de producción varía. Para producir energía eléctrica se necesita invertir una gran cantidad de capital en generadores, turbinas, etc., y relativamente pocos trabajadores que controlen la instalación (industria intensiva en capital). En cambio, en la industria de la confección se necesita mucha más mano de obra por unidad de capital invertido (industria intensiva en trabajo).
Los factores productivos a considerar en el costo relativo de producción de bienes, de la Escuela de Pensamiento Económica Clásica, a la que pertenecen Adam Smith, David Ricardo y Carlos Marx, son: los recursos naturales, el trabajo, capital (físico).
El proteccionismo y la apertura comercial: Los patrones del comercio
Así como la idea de las ganancias del comercio es el concepto más importante de la economía internacional desde el punto de vista teórico, el tema más importante desde el punto de vista de política económica es la eterna batalla entre el proteccionismo y el librecambio.
El proteccionismo supone la defensa de las industrias nacionales, de la competencia extranjera. Desde el siglo XVI, al aparecer los estados nación, los gobiernos, han defendido sus industrias nacionales, imponiendo límites a las importaciones o subvencionando Las exportaciones.
La apertura de un país, al comercio internacional, se provee en diversos grados, siendo el extremo más restringido, la autarquía absoluta, en la que no se admite importación alguna; en un pequeño grado de apertura, se permite importar aquellos productos que no pueden ser producidos en el interior del país y; en el extremo más profundizado, se encuentra la total libertad de comercio, en el que cabría esperar la importación de aquellos productos que aun cuando se pudiesen fabricar en el país, su costo sea excesivamente alto. No obstante, en el mundo real, es frecuente importar bienes que podrían ser fabricados fácilmente por el país (galletas, camisas,…) pero que resulta más ventajoso adquirirlos en el exterior.
El librecambio es una situación en la que existe libre circulación de bienes y servicios entre países, sin ningún tipo de trabas. Un régimen comercial internacional de perfecto librecambio no se ha dado nunca en la historia. En el Siglo XX, el acuerdo general sobre aranceles y comercio (GATT) supuso una importante liberalización del comercio, después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, siempre han existido algunas dificultades impuestas por los países en contra de la libre circulación de las mercancías (medidas proteccionistas), ya sea para proteger una industria que se considera clave para la seguridad nacional; hacer posible el desarrollo de industrias nacientes que no podrían competir con las de otros países; posibilitar la industrialización mediante sustitución de importaciones; etc.
Las medidas proteccionistas suelen adoptar fundamentalmente varias formas:[2]
- Arancel: gravamen o impuesto que las autoridades económicas de un país fijan sobre las importaciones de determinados productos, que al establecerse, mejora la relación real de intercambio del país que fija el arancel, con respecto a la situación de librecambio (si el peso específico del bien de que se trate, en el mercado mundial, es suficiente, ya que de no ser así, el volumen de comercio del país proteccionista, disminuye).
- Contingente o cuota: Imposición por parte del estado de una limitación en las cantidades del bien que se importa; sin embargo si el bien importado resultaba más barato que el mismo bien producido en el país en cuestión, habría que “racionar” de alguna forma el bien entre los consumidores para que todos puedan salir beneficiados de la importación.
- Trabas no aduaneras: Medidas y normas sobre condiciones sanitarias, dimensiones, características técnicas, embalaje y etiquetaje, etc., cuyo cumplimiento exigen algunos países para que se pueda llevar a cabo la importación de un bien o servicio. La cantidad de requisitos que hay que cumplir y sus diferencias de un país a otro hacen que toda esa normativa dificulte más el comercio que algunas barreras aduaneras.
Los conflictos de intereses dentro de las naciones son normalmente más importantes en la determinación de la política comercial, que los conflictos de intereses entre naciones; pues el comercio internacional tiene un efecto importante sobre la distribución del ingreso, al interior de los países.
Al 2017, los conflictos de intereses dentro de la Unión Americana, son más importantes en la determinación de la política comercial, debido a que Donald Trump considera que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés), es un desastre para los empleos de los norteamericanos y para su país, [dadas las cadenas de suministro continentales].
EL comercio de Estados Unidos (EUA) con Canadá y México asciende a más de 1,000 millones de dólares, lo que representa más del 30% de su comercio con el mundo, en los primeros 11 meses de 2016, cifra que es el doble de comercio que tiene con China y 10 veces más que el de Inglaterra.[3]
El esquema del TLCAN hacia el futuro que pretende México, en la visión ahistórica de su mandatario, en el proceso de recambio mundial al 2017, ha generado un conflicto muy grave en la relación “diplomática” de este país con EUA, impulsado por el proteccionismo del mundo industrializado, frente al aperturismo indiscriminado, obligatorio e impuesto a los países “periféricos”, en la creencia de éstos de que obtendrán grandes beneficios en su “integración” a la economía global, que los conducirá al desarrollo, siguiendo el criterio del “derrame” y no el de la redistribución.
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[1] En su intento por abordar los numerosos asuntos políticos surgidos a raíz de la controversia sobre la ley de lo granos, Ricardo desarrolló un modelo extenso y complejo mediante el empleo de diversas herramientas analíticas y suposiciones, estas incluyen: (1) La teoría del costo del trabajo; (2) Dinero neutral; (3) Coeficientes fijos de producción para el trabajo y el capital; (4) Rendimientos constantes en la manufactura y rendimientos decrecientes en la agricultura; (5) Pleno empleo; (6) Competencia perfecta; (7) Actores económicos; (8) Tesis malthusiana sobre la población; (9) Doctrina de los fondos salariales. En el proceso de analizar las cuestiones que surgieron gracias a la controversia de la Ley de granos, Ricardo, Malthus, West y Torrens formularon el principio de los rendimientos decrecientes, el cual se ha convertido en un concepto económico importante. El principio de los rendimientos decrecientes establece que si un factor de la producción aumenta de manera constante, en tanto que los otros se mantienen fijos, entonces la tasa a la que el producto total aumenta, disminuirá a la larga, es decir este comienza a operar a partir del punto máximo en la función producción, y empieza a descender, y esto se puede comparar con el producto marginal igual a cero.
[2] Enciclopedia Práctica de Economía. Editorial Orbis, S.A. Volumen “La economía Internacional”.P. 36-39.
[3] Milenio.com. (30/01/2017). Las 5 claves del TLC. 17/02/2017, de Milenio.com Sitio web: http://www.milenio.com/financial_times/tlcan-renegociacion-donald_trump-estados_unidos-mexico-ftmercados-negocios_0_893310840.HTML