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Ideologías derivadas del nacimiento y preservación de la Economía Capitalista Industrial

Autora

*Investigación y producción de

Sonia Uberetagoyena Loredo

La Edad Contemporánea surge con la aparición del capitalismo, sistema económico-político-social, en el que prevalece el capital, como factor de producción sobre el trabajo y los recursos naturales, mismos que al igual que el resultado del proceso productivo, la producción, se destina a la compra-venta en los mercados, a ciertos precios.

El capitalismo surge gracias, entre otras cosas, a la Revolución Industrial y al ascenso de la burguesía (clase media-alta), por el triunfo del liberalismo.

La burguesía o clase dueña de los medios de producción y la clase trabajadora (dueña tan sólo de su fuerza de trabajo) tuvieron sus propias ideologías políticas, económicas y sociales: el liberalismo y el socialismo, respectivamente.

El fundador de la economía política liberal fue el Inglés Adam Smith (1723-1790), quien en su libro “La Riqueza de las Naciones” (1776) proporciono una base teórica a los hombres prósperos para defender la libertad de empresa y la libre competencia.

Adam Smith sostenía que la economía capitalista evoluciona por sí misma, de manera natural, bajo el impulso de lo que denomino la “mano invisible”, que equilibra la oferta con la demanda, para lo cual el sistema debe operar libremente, sin intervención del gobierno.

Otro clásico de la economía, el reverendo inglés Thomas Robert Malthus, planteó en su “Ensayo sobre el principio de la población” (1798) que mientras la producción de alimentos crecía aritméticamente (1, 2, 3, 4, etc.), la población lo hacía geométricamente (1, 2, 4, 8, 16, etc.), desproporción que iría aumentando en forma tal, que podría llegar una época en que la humanidad carecería de alimentos. Por ello, este teórico priorizaba la existencia de salarios de subsistencia y no la mejoraría de la condición social y económica de los trabajadores, porque la elevación de su nivel de vida y de alimentación, estimularía su reproducción y, por ende, se agravaría la escasez de alimentos.

Otro gran economista, David Ricardo, corredor de bolsa y especulador, en su teoría de la “Ventaja Comparativa”, defendió el libre comercio internacional, sosteniendo que un país debía especializarse en la producción de aquellas mercancías que tuviesen costos menores e importar aquellos que tuviesen altos costos, como forma de producción indirecta, el comercio internacional, con lo cual se beneficiaría todo el mundo.

Ricardo fue seguidor de la teoría poblacional de Malthus para no alentar el desempleo, de la teoría cuantitativa del dinero, del patrón oro, de orientar altas utilidades para los capitalistas; del desaliento a altas rentas de la tierra porque, a su parecer, propiciaba rendimientos decrecientes y, la no intervención de los gobiernos en la economía.

La clase trabajadora se adueño de las ideas políticas, económicas y sociales del socialismo científico, fundado por Carlos Marx y Federico Engels. Marx, en su obra “El Capital” (1867) se adhiere a la Teoría del Valor-Trabajo planteada por Adam Smith y adoptada por David Ricardo, bajo la cual se considera que la única fuente generadora de nuevo valor es el trabajo humano.

Bajo la concepción de que la fuerza humana de trabajo es la fuente del ingreso y la riqueza y de que en el proceso de producción, los salarios pagados a los trabajadores son menores al valor creado por ellos, es que el capital se incrementa, creando plusvalía o plusvalor, trabajo no pagado a los obreros y apropiado por los capitalistas, de manera que los salarios están muy por debajo de las ganancias que obtienen los dueños de los medios de producción, con la venta de los productos en el mercado. Esa plusvalía, ganada por la explotación del trabajo por los dueños del capital, acrecienta cada vez más la masa de capitales.

Para este autor, el factor determinante de los procesos históricos es la estructura económica de una sociedad, es decir, la manera en que está organizada la propiedad de los medios de producción (capital y recursos naturales – tierra-) y el trabajo. Cuando se revoluciona el proceso de producción, por efecto del desarrollo de la ciencia y su traducción en la invención o innovación tecnológica, se impone el cambio de los sistemas socio-políticos, por medio de una revolución social, porque el proceso de acumulación intensifica la pobreza y el desempleo, coartando la naturaleza del sistema capitalista, el mercado, que provoca la crisis generalizada del sistema capitalista, la recesión.

En la actualidad, se habla inconmensurablemente de neoliberalismo, nuevo liberalismo o liberalismo tecnocrático, como sustento teórico-ideológico del capitalismo actual, sin que su concepto esté acordado, pues ha ido transformándose, existiendo abundantes variedades, en lo geográfico y en lo temporal, pero todas con fuertes aspiraciones en la amplia liberalización de la economía y del comercio, en la contundente contracción del gasto público e intervención del Estado en la economía, en ceder al sector privado las actividades y funciones del Estado.

El neoliberalismo no alude a una teoría política o económica en particular, sino a un conjunto de escuelas y teorías económicas, muchas veces opuestas entre sí.[1]

Estos principios han sido ampliamente difundidos y exigidos a los países miembros por los organismos internacionales tecnócratas como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El neoliberalismo con su inmenso comportamiento de liberalización, al soltar los precios a las fuerzas de la oferta y la demanda, al desregular los mercados de mercancías, de capitales, con la reducción de la intervención y tamaño del Estado, han dejado en el destierro la política social.

Las administraciones de Margaret Thatcher y de Ronald Reagan, al aplicar los postulados del neoliberalismo, reduciendo el tamaño del sector público, con la consecuente merma en la aportación al crecimiento económico, al PIB, por el Estado, imprimió un gran energía a la producción, pero con resultados nefastos e inmediatos al bienestar social en Inglaterra, que en Estados Unidos de Norteamérica generó un gran déficit fiscal.

El neoliberalismo actual ha aplicado la “flexibilización” laboral, intensificando los efectos negativos de la desigualdad económica y la intensa regresión de los impuestos sobre el consumo, que golpean el nivel de vida de los de menores ingresos.

Opuesto a la planeación y a la elección en la asignación de los recursos siempre escasos, los resultados de las políticas neoliberales comprenden el agotamiento de recursos naturales, el aumento del conflicto social, el estancamiento económico con inflación, el desempleo, el subempleo, el desprecio del trabajo por los contratantes y la jubilación, la bancarrota del gobierno, la creciente y engrosada pobreza, entre otros desastres.

La economía es una ciencia de saldo cero, porque lo que unos están ganado, otros lo están perdiendo, los que concentran el ingreso y la riqueza, los poderosos, han dejado a miles de millones de personas en la pobreza. Lo que los países poderosos ganan, lo están perdiendo los países pobres.

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[1] Definición. (2017). Definición de Neoliberalismo. 28/01/2017, de Definición Sitio web: http://definicion.mx/neoliberalismo/

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